Ya se escuchaban los pasos de unos costaleros, ya se veía el balanceo del olivo y el sonido de la corneta hizo que toda nuestra Agrupación rompiera su silencio para que cada nota se convirtiera en sentimiento.
Por fin, nuestra melodía haría que por la Tejuela, el Paso bailara al compás, haría que brillara cada pentagrama por la calle Horno y que la intimidad de la calle Gala emocionara, tras tanto tiempo ensayando, esos momentos son los que nos han hecho creer que ha valido la pena.
Por fin pudimos mirar atrás y, aunque de lejos, ver el precioso palio verde moverse al ritmo haciendo que reluciera la flor más bonita de la noche, ella, nuestra Virgen de la Esperanza. Esperanza que no perdimos en ningún momento y que supimos transformar en alegría.
Gracias a cada uno de vosotros por hacer especial un Martes Santo cargado de magia y por hacer que toda ésta Semana Santa en la que por suerte hemos podido acompañar a diversos pasos por Andalucía vaya a ser recordada con cariño y añoranza por formar éste grupo en el que la amistad y el respeto son los protagonistas.
Tras todo el esfuerzo, ahora toca coger fuerzas para volver más fuertes que nunca y a demostrar que mediante la constancia se mejoran las cosas y hacen que crezcamos en el aspecto musical.
¡VIVA LA AGRUPACIÓN MUSICAL VIRGEN DE LA ESPERANZA!
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